Por lo general las vivencias de éxito en el deporte van acompañadas de alegría, satisfacción personal, placer y bienestar subjetivo. Además, suelen traer aparejado un incremento de la autoestima del deportista, teniendo en cuenta los elementos citados en el apartado anterior. Mientras más elevada y difícil de alcanzar es la meta a la que se aspira, teniendo en cuenta también la calidad de los rivales o las dificultades intrínsecas de la actividad, en esa misma medida se expresará la intensidad de tales estados emocionales.
Según Chernikova (citado en Rudick, p. 560, 1988) suele suceder que cuando las condiciones de la lucha en la competencia han sido extremas y el deportista ha sufrido el desgaste físico y mental de tales condiciones las emociones post-competitivas pueden demorar en expresarse. El deportista necesita recuperar un estado homeostático o cierto restablecimiento físico para poder manifestar las reacciones psíquicas y emocionales correspondientes.
Las vivencias de éxito en la competencia pueden producir en el deportista una predisposición o actitud positiva hacia la preparación para futuros eventos. Dicha postura se traduce en una adopción de las tareas del entrenamiento con mucho más ímpetu y comprometimiento, así como también la asunción de compromisos más serios, aspiraciones nuevas y metas más ambiciosas.
En este sentido se ha podido comprobar que, de hecho, el nivel de aspiraciones tiende a aumentar más después de una vivencia de éxito, que a disminuir luego de experimentar el fracaso.

Sin embargo, en no pocas ocasiones el éxito en una competencia puede llevar al deportista por senderos poco saludables. No faltan los casos en los que el triunfo conllevan a una distorsionada sensación de optimismo infundado, que hacen que el atleta descuide su preparación o desestime los esfuerzos necesarios para lograr resultados similares. Algunas de las causas que producen las citadas consecuencias se citan a continuación:
- La sobrevaloración de las propias capacidades.
- La minimización de las exigencias de la actividad.
- El menosprecio hacia los contrarios.
- Poner el foco demasiado en el afuera y reducir el enfoque en el propio trabajo.
Como consecuencia de resultados positivos en una competencia el deportista puede sobrevalorar sus capacidades atléticas y pensar que es alguien que en realidad no es. En la base de este fenómeno hay por lo general una inadecuada autovaloración, variable personológica de extraordinario valor en la regulación del comportamiento. Algunos deportistas -en esto la experiencia juega su papel- no son todo lo sagaces a la hora de valorar el grado de complejidad de la actividad deportiva que practican.
Algo muy puntual en relación con lo anterior es que, aparejado al fenómeno del éxito, debe concebirse, lo más inmediatamente posible, la idea de que a este le suceden próximas metas como parte del proyecto continuo de perfeccionamiento en busca del más alto grado de la maestría deportiva.
Esta nueva situación afecta también a los aspectos culturales más profundos de las relaciones entre los ciudadanos y el deporte. Se incrementa notablemente el triunfalismo de la victoria, que ahora se magnifica como acontecimiento por lo menos … nacional, pero también aumenta el dramatismo de la derrota. Conseguir la cuarta o quinta posición en unos juegos Olímpicos, perder un partido de fútbol, puede llegar a ser vivido como un fracaso … nacional.
Es evidente que a nivel físico siempre se entrena para ser mejor. Para ser mejor que tu “yo” de ayer, para ser mejor que el rival y para ser el mejor de todos, la duda surge cuando hablamos a nivel mental, ¿se prepara la cabeza de los deportistas para asimilar el éxito?
La gestión del éxito también se entrena, y se deben dedicar tiempo y recursos para ello.
Algunas recomendaciones:
- Sé humilde: no olvides quien eres, tu camino transcurrido y cuál es tu verdadera meta en tu deporte, mantén el amor y disfrute por lo que haces.
- Ten cuidado con tus opiniones políticas, religiosas: No olvides que eres un deportista de élite, y que no todos los atletas juegan en las grandes ligas de la misma mirada política o religiosa, céntrate en tu actividad y se respetuoso de los otros.
- ¿Sesión de Preguntas y Respuestas? Frente al periodismo. Ten paciencia y sentido del humor siempre. Por desgracia, al ser un personaje público no puedes ponerte a su nivel y contestarles con la misma cantidad de bilis que ellos escupen (sí, la vida es injusta).
- No olvides que tus entrenadores te están viendo: Ser deportista de élite puede ser una carrera emocionante, pero no deja de ser un trabajo. Siempre habrá gente que pueda contratarte o despedirte, necesitas encajar con la cultura de ese trabajo, tu talento puede que no compense las acciones herradas, las relaciones no convenientes, las conductas antideportivas o las asociaciones con personas que dañen tu prestigio. Tu prestigio tú lo construiste no lo regales.
- Cuidado con los cazatalentos y sus espejitos de colores: aquello que aparecen cuando la buena racha, el éxito y el esplendor por el que tanto trabajaste llega. Se criterioso e inteligente en tus decisiones tu trabajaste por ello.
- No tuitees sobre el árbitro: ello no cambiara la situación y generara conflictos innecesarios.
- Inmortaliza los buenos momentos: ¿Qué mejor manera de celebrar con tus fans y regodearte de forma pasivo-agresiva ante tus competidores que hacerte una foto de tu sonriente rostro tras una victoria importante? Habrás capturado un recuerdo para toda la vida y habrás inmortalizado tú ese gran momento que debes disfrutar, pues ya sabes de victorias y derrotas. Siempre con la cabeza en alto y convencido de quien eres.
- No regañes a otros atletas: sé un líder positivo refuerza a tus compañeros, y no pierdas el eje frente al error sal rápidamente y focaliza en lo que viene. Tampoco con tus contrincantes puede ser muy divertido para los demás, pero no es nada deportivo.
- Deja a un lado las redes sociales durante el partido: Mantén siempre las formas en los entrenamientos, en los partidos ( hay un lente que guarda tus gestos. La cámara), en las indicaciones tácticas.
- Sé inspirador en tus redes muchos chicos sueñas con tu camino, eres referente “se un buen referente”: En internet adoran las citas y los modelos a seguir. Como alguien que ha logrado (o lo hace en el presente) algo que ellos siempre han soñado o sueñan lograr, una idea sobre lo que te motiva puede ser algo estimulante y de gran valor para tus seguidores.
- No olvides tus orígenes deportivos, tu crecimiento no fue azaroso sino producto de tu trabajo recuerda quienes estuvieron ahí se agradecido.
- Valora la experiencia vicaria: de quienes recorrieron tu camino anteriormente, confía en su opinión, pide ayuda, confía en tu intuición y tu propia experiencia también. Equilibra y saca tus propias conclusiones.
- Concéntrate siempre en la maestría: en la medida en que te centres en mejorar el resultado vendrá solo. Busca ser mejor que “ayer” y que “hace rato” siempre. No solo te centres en la meta de resultado sino también de maestría.

Estar en la vidriera del éxito tiene sus ventajas y desventajas debes ser lo suficientemente fuerte mentalmente para no dejarte deslumbrar por los flashes del éxito. Trabaja duro, confía en todo el trabajo realizado, los logros obtenidos y en tus afectos más cercanos.
“El éxito es deformante, relaja, engaña, nos vuelve peor, nos ayuda a enamorarnos excesivamente de nosotros mismos; el fracaso es todo lo contrario, es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes”. Aprende a lidiar con los dos centrado siempre en tu propio eje y aprende de ambos.
“No permitan que el fracaso les deteriore la autoestima. Cuando ganas, el mensaje de admiración es tan confuso, te estimula tanto el amor hacia uno mismo y eso deforma tanto. Y cuando pierdes, sucede todo lo contrario. Hay una tendencia morbosa a desprestigiarte, a ofenderte, sólo porque perdiste. En cualquier tarea se puede ganar o perder, lo importante es la nobleza de los recursos utilizados”.
