Acompañar a nuestros hijos en el Deporte


El apoyo familiar fortaleciendo el clima motivacional hacia la tarea o el ego:
Hay un consenso general en la comunidad científica que indica que los entornos de apoyo hacia la autonomía, competencia y fomento de las relaciones sociales por parte de los padres, generan multitud de beneficios en los adolescentes y favorece el paso hacia la etapa adulta (Sheldon & Filak, 2008).

Muchos padres contribuyen eficazmente en los programas de deporte juvenil, pero desafortunadamente hay otros que ejercen una influencia negativa, privando a los jóvenes de los beneficios que se derivan de una buena práctica deportiva, entre ellos la diversión (Sánchez, 2001)
Las personas que rodean al deportista (padres, compañeros, entrenadores) pueden ejercer una influencia sobre él, y así determinar que la clave del éxito radique en el esfuerzo y la superación personal (clima a la tarea), o bien en la superación de los demás y en la demostración de mayor capacidad que el resto (Clima al ego). El clima a la tarea potencia el bienestar psicológico, pues favorece el rendimiento de los sujetos y hace que presenten menos niveles de ansiedad, y mayor confianza, satisfacción y autoestima (Balaguer, Duda, Atienza y; Boixadós, Cruz, Torregrosa y Valiente, 2004; Duda, 2001). En cambio, el clima al ego produce menor bienestar psicológico, mayor ansiedad dependiente del rendimiento y menor satisfacción (Balaguer, Duda y Crespo, 1999; Pensgaard y Roberts, 2000). De ahí que sea fundamental trabajar con el entorno más próximo al deportista, para orientar a los padres y también a los entrenadores en la importancia que tiene el esfuerzo personal y el progreso, como formas de valorar el éxito deportivo y no centrarse en los resultados o la comparación social.

Los padres muchas veces sin intención hacer preguntas o comentarios que refuerzan uno u otro clima. Un ejemplo de esto es cuando un deportista llega a su casa y la pregunta que le hacen sus padres es: “ganaste/ganaron?” Claramente esta pregunta lleva a una valoración del éxito más asociada a un Clima Motivacional al Ego. Mientras que, una pregunta que está más dirigida a un Clima Motivacional a la Tarea, podría ser: “Te divertiste?”; “Lograste mostrar lo trabajado en el entrenamiento?”.

El acompañamiento de los padres en la Competición Deportiva:

Dentro de estos puntos se destacan:

  • Los padres deben procurar divertirse viendo competir a sus hijos, pensando en que son unos privilegiados por tener hijos que estén cerca del deporte y de todo lo que éste les puede aportar.
  • El comportamiento de los padres, tanto en el entrenamiento como en la competición, son muy importante para la formación del niño. Éste observa como sus padres actúan y probablemente adoptará ese estilo en un futuro.
  • Muchos jóvenes rinden por debajo de sus posibilidades si reciben instrucciones de sus padres, escuchan sus comentarios críticos, observan malos gestos, etc.
  • Sin embargo, el joven estará más a gusto y probablemente rinda mejor, si el comportamiento de los padres es más discreto, distendido y educado. Debemos dejar que el espacio de la competición para los entrenadores, monitores y los propios deportistas.
  • Los padres deben procurar ser un buen ejemplo respecto al trato a los árbitros y jueces, al margen de sus emociones.
  • La competición tiene de por sí un componente de estrés. Nuestra labor como adultos deber ser “aislar” ese estrés. Es decir, no añadir más. En algunas ocasiones, la cercanía de los padres a los jóvenes deportistas es perjudicial, aunque por lo general, la intención sea buena.
  • Facilitar a nuestros hijos que realicen el tipo de actividad deportiva que más les guste, en lugar de la que más nos gusta a nosotros.
  • Interesarnos por el deporte que practica nuestro hijo/a: si le gusta, si se divierte, si progresa y aprende, asistiendo a las competiciones o actividades en las que participe.
  • Interesarnos por el enfoque de la práctica deportiva por parte del entrenador de nuestro/a hijo/a, solicitándole información sobre las características del deporte, el reglamento, lo que espera de los padres de sus deportistas, planeándole nuestras dudas e inquietudes.
  • Animar a nuestro/a hijo/a en una competición, apoyándole, reconociendo su esfuerzo e interés, pero evitando “hacer de entrenador”.
  • Mantenernos tranquilos y confiar en nuestro/a hijo/a cuando, durante un entrenamiento o una competición, comete un error o no le salen las cosas.
  • Mostrar respeto y cordialidad en las competiciones con entrenadores y deportistas de los equipos contrarios.
  • Respetar, comprender y apoyar la función de los árbitros en las competiciones. Las quejas y propuestas pueden plantearse a través de los canales adecuados, en lugar de hacerlo en público.
  • Animar a nuestro/a hijo/a a practicar deporte de acuerdo con las reglas.
  • Aplaudir las buenas actuaciones tanto de nuestros propios hijos/as como la de sus compañeros/as de quipo y del equipo contrario.
  • Asistir, participar y colaborar con el entrenador/a cuando nos convoca a una reunión.
  • Colaborar con nuestro/a hijo/a, su entrenador/a y su colegio o club o equipo en los entrenamientos y en la organización de actividades y competiciones.
  • Preguntar al entrenador/a educada y discretamente cuando hay algo que no comprendemos o no nos gusta lo que hace.
  • No olvidar el resto de miembros de la familia, consiguiendo que ninguno se sienta especialmente rechazado o ensalzado/encumbrado por el deporte que practica.


El rol de los padres en el entrenamiento invisible:

Las únicas personas que conviven con el deportista son sus padres y hermanos, por lo que, si la familia no enfatiza en este aspecto, es muy difícil que los entrenadores lo puedan hacer. El entrenamiento invisible consta de:

  • Dormir 8 hrs
  • Alimentarse saludablemente
  • Hidratarse
  • Estudiar
  • Establecer vínculos sociales con otros adolescentes
  • Recibir apoyo cuando los logros no llegar de forma rápida

Existen muchos padres muy bien orientados psicológicamente, que son aquellos que: están permanentemente alentando y observando el proceso de aprendizaje de sus hijos, independientemente de los resultados que obtengan. Los logros son entendidos a partir del dominio de destrezas, y del progreso y esfuerzo que cada uno coloque en la práctica deportiva. Aquí aparece una valoración de los padres hacia la tenacidad y la perseverancia, lo que conduce al desarrollo de la tolerancia a la frustración. Estos padres son capaces de realizar interpretaciones positivas de los eventos deportivos, incluso frente a la derrota, destacando los aspectos positivos y las fortalezas que fueron observadas en esa situación.

Debemos reforzar, potenciar e imitar la conducta de estos maravillosos padres, pues no es fácil ser padre de un deportista, en ninguna de las etapas de su carrera deportiva: iniciación, tecnificación y elite.

“A todos esos maravillosos padres gracias por enseñar tanto”

Lic. Isabel A. Galleguillo Lucero
Psicóloga Clínica
Psicóloga Deportiva
Isagalle_74@hotmail.com

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